En su intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, hizo un llamado urgente a los pueblos del mundo para unirse en una "revolución mundial" destinada a proteger el planeta y promover la vida. Su discurso enfatizó la necesidad de crear un "ejército de guerreros y guerreras de la vida", que utilice el poder de la humanidad unida, en contraposición a las armas y la codicia de la oligarquía global.
Petro advirtió que "o levantamos la bandera de la vida o nuestros pueblos se llenarán de cementerios", refiriéndose a las devastadoras consecuencias de la pandemia de COVID-19. En este sentido, instó a actuar localmente y concertar esfuerzos globalmente, subrayando que es hora de que "la gente sencilla de la humanidad" asuma la responsabilidad de abordar los problemas más urgentes.
El mandatario colombiano también destacó la ineficacia de los gobiernos actuales para detener la extinción de la vida, planteando una elección entre "la vida o la codicia", y haciendo hincapié en que "ya no hay más tiempo". Abogó por una nueva bandera que represente la diversidad y la unidad de todos los pueblos del mundo para defender su existencia.
Asimismo, Petro propuso una reinterpretación del socialismo, sugiriendo que la verdadera riqueza debería basarse en el trabajo creador y libre, en lugar de depender del petróleo. En su discurso, hizo un llamado a un diálogo entre civilizaciones y se inspiró en diversas tradiciones culturales y sociales, proponiendo que el futuro de la humanidad debe ser el resultado de la cooperación y la construcción colectiva del conocimiento.
El presidente concluyó su intervención con un mensaje de esperanza y unidad, instando a los pueblos del mundo a unirse en la mayor batalla por la vida en la historia humana.