Campesinos de Campamento y Anorí, se encuentran en estado de alerta debido a la creciente presencia paramilitar en el Norte, Nordeste y Bajo Cauca Antioqueño, que se extiende por los municipios de Briceño, Toledo, Ituango, Yarumal, Campamento, Angostura y Guadalupe. Esta situación ha encendido las alarmas entre la población local, en especial entre los líderes comunitarios y los campesinos, quienes temen las posibles repercusiones que esta incursión armada pueda acarrear en la región.
El propósito de esta avanzada paramilitar, según fuentes locales, es llevar a cabo operativos contra grupos guerrilleros que actualmente se encuentran en un cese al fuego y en proceso de diálogo de paz. Se ha especulado que esta operación cuenta con un respaldo militar, lo que añade una capa de complejidad a la situación y alimenta los temores de desestabilización de las negociaciones de paz en la región.
Los líderes comunitarios, quienes son la voz de la comunidad campesina, expresan su profunda preocupación por la escalada de violencia que podría desencadenarse en la zona. Con el temor latente de un aumento en los enfrentamientos armados, los civiles, especialmente los campesinos, se ven en la línea de fuego, expuestos al cruce de balas, bombas y cilindros que podrían poner en riesgo sus vidas y sus medios de subsistencia.
La inquietud de la comunidad local es palpable y se refleja en el llamado urgente que hacen a las autoridades pertinentes. En este contexto, los campesinos desean hacer llegar su mensaje al más alto nivel del gobierno nacional, solicitando al Presidente de la República de Colombia, Gustavo Petro, que preste una atención especial a esta alerta. Reconociendo la importancia de la estabilidad y la seguridad en la región, los campesinos buscan que sus preocupaciones sean escuchadas y se tomen medidas para salvaguardar la paz y la integridad de la población local.
Es crucial destacar que, según las percepciones de la comunidad, el gobernador de Antioquia no respalda plenamente el proceso de paz que se está gestando en la región y en el país. Esta percepción añade una capa adicional de complejidad a la situación, generando incertidumbre y desconfianza en relación con el apoyo gubernamental a los esfuerzos de paz y reconciliación en la región.
En medio de esta incertidumbre y temor, los campesinos de Anorí y las localidades circundantes hacen un llamado a la solidaridad y la acción concertada. Conscientes de que la paz es un derecho fundamental que debe ser protegido, la comunidad local busca un compromiso claro por parte de las autoridades para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los habitantes de la región.