Plantón "Fiscal ya" del jueves 8 de febrero 2024 - Bogotá, Colombia

Escrito el 09/02/2024
Yuranis Moreno


El día de hoy jueves 8 de febrero del 2024, una multitud de ciudadanos se congregó en las calles de la vibrante capital colombiana para hacer oír sus voces con vehemencia. La petición era clara y unificada: exigir la elección de uno de los fiscales propuestos por la terna presentada por el presidente en funciones, Gustavo Petro. Desde las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde, las calles de Bogotá fueron testigos de un plantón que capturó la atención de la nación. La manifestación transcurrió de manera pacífica, marcada por la presencia de ciudadanos de todas las edades y estratos sociales. Bajo un cielo despejado, la ciudad resonó con pancartas ondeantes, banderas coloridas y cánticos enérgicos que clamaban por un cambio en la figura del fiscal y respaldaban al mandatario Gustavo Petro. La diversidad de voces se unía en un coro de esperanza y deseo por un sistema judicial más justo y equitativo. Los manifestantes, vestidos con camisetas y gorras alusivas a la causa, se congregaron con determinación y pasión en la emblemática Plaza de Bolívar, epicentro de la protesta. Entre la multitud se podían ver familias enteras, jóvenes estudiantes, trabajadores de diversas profesiones y jubilados que compartían un propósito común: promover la transparencia y la honestidad en la administración de justicia. En medio de la agitación cívica, se escuchaban discursos apasionados que resonaban en los corazones de aquellos presentes, motivándolos a alzar la voz por un cambio significativo en el país. La presencia policial, la guardia campesina y la guardia indigena, discreta pero vigilante, garantizaba la seguridad de los manifestantes y el orden público durante todo el desarrollo de la protesta. No hubo incidentes de importancia que empañaran la jornada, lo que permitió que la manifestación se convirtiera en un ejemplo de civismo y participación democrática para el resto del país. Las redes sociales se inundaron de imágenes y videos que capturaban la magnitud y el espíritu de la protesta, difundiéndose rápidamente a lo largo y ancho de Colombia. El impacto de la manifestación trascendió las fronteras de la capital, generando un debate nacional sobre el papel de la ciudadanía en la toma de decisiones y la importancia de la participación activa en la vida política del país. Al caer la noche, los manifestantes dispersaron lentamente, con la certeza de que su voz había sido escuchada y su mensaje resonaría en los pasillos del poder. La jornada de protesta había dejado una huella imborrable en la memoria colectiva, recordándonos a todos que, en última instancia, el verdadero motor del cambio reside en la determinación y la unidad del pueblo.